Todas las cosas, aún hermosas,
están destinadas a morir.
Inevitable y azarosa,
la muerte les pondrá fin.
La inocencia de la rosa,
la pureza del marfil,
hasta la más sublime prosa
comparte la suerte del alfil.
No existe luz ni sombra
que pueda sobrevivir
en la infiel memoria
o en el estrepitoso latir.
Ni hay alquimia prodigiosa
que nos libere del ardid,
del dolor o la euforia
de nuestro adverso existir.
La vida es frágil y sinuosa
para cada hijo y su zahir,
y en el abismo de las horas
pagamos por el crimen de Caín.
Más la muerte es piadosa
como el poeta al escribir,
y en su rima majestuosa
transmuta el oro y el rubí.
En esta noche sin aurora
todo deberá concluir,
bajo las secretas formas
de aquel sueño por descubrir.
Ya no quedan escapatorias
ni primaveras en este jardín;
hoy los dioses y hombres evocan
la última lágrima del sufrir.
Foto de portada: Julieta Peña Orlando
RAMIRO LENCINAS CÁCERES (Mendoza, Argentina)
Escritor de origen incierto, pasado caótico y futuro silente. Apasionado por la literatura, la música, el cine, la poesía y las artes plásticas. Enamorado de las palabras y sus quimeras, de las ficciones y sus verdades, y dedicado a la búsqueda de la inmortalidad a través de esta travesía que es la insondable vida y la innegable muerte.